La Tartamudez
Guía para profesionales, padres y madres
Es una obra práctica de consulta que se acerca al fenómeno de la disfemia o tartamudez mediante una recopilación de las características y modelos de este trastorno del habla, las causas y teorías explicativas de su desarrollo. Presenta una evaluación del trastorno y una serie de propuestas y métodos para registrar y prevenir sus manifestaciones, así como alternativas de intervención sobre este problema, que continúa siendo uno de los retos de la Logopedia.
Autor: José Luis Gallego Ortega
Tamaño: 14x21,5 cms
ISBN: 84-9700-218-0
Página: 136
ÍNDICE
1.
Introducción
2.
Descripción de la tartamudez
Caracterización
del trastorno
Los
inicios del trastorno y su evolución
Clasifi
cación tipológica
3.
Teorías y causas de la tartamudez
Enfoques
teóricos de la tartamudez
La
hipótesis lingüística de la tartamudez
La
hipótesis psicológica de la tartamudez
La
hipótesis orgánica de la tartamudez
La
hipótesis genético-ambientalista de la tartamudez
Tartamudez
y lenguaje: Perspectiva integradora de las causas del trastorno
Las
condiciones biológicas en el desarrollo del lenguaje
Las
condiciones ambientales en el desarrollo del lenguaje
La
perspectiva integradora en la génesis del trastorno
4.
Evaluación de la tartamudez
Consideraciones
previas
Análisis
y valoración de la tartamudez
Datos
obtenidos del habla espontánea del sujeto
Datos
obtenidos de la información que nos proporciona la familia
Datos
obtenidos conjuntamente de la familia y del propio sujeto
Estrategias,
fuentes y agentes para la obtención de datos
5.
Intervención de la tartamudez
Consideraciones
previas
Técnicas
terapéuticas generales para el tratamiento del trastorno
Técnicas
basadas en disfunciones del feedback
Técnicas
basadas en el condicionamiento operante
Técnicas
de sensibilización
Técnicas
de des-sensibilización
Otros
procedimientos para intervenir en el trastorno
El
tratamiento de la tartamudez
La
acción educativa en el tartamudeo infantil
Tratamiento
de la tartamudez en niños de más edad
Tratamiento
de la tartamudez en adolescentes y jóvenes
Tratamiento
conductual de la tartamudez
Duración
del tratamiento
Algunas
estrategias (in)útiles para paliar la tartamudez
6.
Apéndices
7.
Bibliografía
1. INTRODUCCIÓN
El
lenguaje y el habla son fenómenos complejos, que hacen de sus trastornos
fenómenos igualmente complejos. Este es el caso de la disfemia o tartamudez,
que ha venido manifestándose de forma sistemática como una de las
perturbaciones más rebeldes e inciertas de la patología del lenguaje. Los
avances, con respecto a su rehabilitación, han sido tímidos, incluso escasos,
lo que la convierte en uno de los grandes retos de la Logopedia.
En
torno a esta dificultad del habla se suscitan múltiples interrogantes, que
desembocan en diversidad de respuestas, las cuales dependen no ya del campo
teórico que las sustenta, sino principalmente del profesional que las postula,
si bien la unanimidad entre los especialistas es total al señalar la dificultad
de ofrecer una acotación conceptual del término y de postular una intervención
terapéutica eficaz. El problema de este trastorno del ritmo articulatorio
difiere sustancialmente de otros trastornos del lenguaje, por cuanto
difícilmente puede advertirse a priori una relación causa-efecto en la
tartamudez, hecho que suele observarse en muchas de las alteraciones del
lenguaje.
En
el caso de la disfemia, son tantas y tan diversas las causas que pueden generar
síntomas típicos de un habla disfémica que hacen inviable establecer una
relación unívoca entre los efectos y sus desencadenantes previos. Cuando
hablamos de disfemia o tartamudez hemos de subrayar que nos encontramos ante un
trastorno funcional de la comunicación oral, que afecta al ritmo articulatorio
de la palabra y que no deriva de ningún tipo de anomalía de los órganos
fonatorios. Se trata, además, de un trastorno que exige la presencia de uno o
varios interlocutores para que pueda evidenciarse que está exento de un marco
sintomatológico preciso, por lo que son muchos los autores que señalan que no
hay disfemias sino sujetos tartamudos,
cada cual con sus propias peculiaridades y características.
No
es fácil poner límites a la tartamudez y acotar sus síntomas o manifestaciones.
De hecho no es infrecuente observar hablas exentas de esta etiqueta diagnóstica
que, sin embargo, presentan algunos de sus síntomas más comunes y
característicos. La fluidez verbal es un componente básico del habla, cuyo
aprendizaje depende de las habilidades del sujeto y de las prácticas conversacionales
que éste realiza.
La
monografía se ha estructurado en cuatro grandes apartados: 1) caracterización
del trastorno y su posible clasificación, 2) causas y teorías de la tartamudez, 3)
evaluación del trastorno, e 4) intervención terapéutica en la tartamudez. La finalidad
del texto, en fi n, no es aportar nuevos datos procedentes de investigaciones propias,
sino la de ofrecer a los padres y profesionales –en un texto breve y sencillo–
una compilación sobre el trastorno, basada en una revisión de la literatura
especializada y en la propia experiencia como logo-terapeuta.
2.DESCRIPCIÓN DE LA TARTAMUDEZ
La
tartamudez, de etiología desconocida, es un trastorno del habla que engloba
múltiples manifestaciones (lingüísticas y no lingüísticas) y afecta desde la
antigüedad a personas muy diversas en su condición social, lengua o sexo. Suele
admitirse que el 1 % de la población, generalmente de sexo masculino, padece
esta dificultad en el habla, aunque todavía hoy hemos de admitir cierta
polémica sobre su definición, cuya característica más llamativa suele ser, por
lo general, su carácter intermitente y episódico, que sólo es posible apreciar
en un contexto de interacción comunicativa. En efecto, la producción
lingüística carece de falta de fluidez cuando el sujeto disfémico habla solo o
cuando la “situación comunicativa” no está dominada por la ansiedad.
En
este capítulo se describe el trastorno, se ofrece una aproximación conceptual
del mismo y se clasifica, atendiendo a diferentes criterios.
CARACTERIZACIÓN DEL TRASTORNO
El
término “disfemia” o “tartamudez” ha experimentado notables transformaciones a
lo largo del tiempo en cuanto a su conceptualización. Pero si no resulta fácil
ofrecer una acotación conceptual precisa del trastorno, dada la diversidad de
manifestaciones y síntomas que encierra, su descripción sintomatológica no
parece generar diferencias insalvables. En los sujetos de habla disfémica se
aprecian disfluencias en el habla y la comunicación, caracterizada por una
serie de bloqueos, repeticiones o prolongaciones de sonidos, sílabas o palabras
(monosílabos), durante la emisión del discurso. La diferencia entre un habla
disfémica y un habla tildada de “normal” reside en la velocidad de la emisión
verbal, en la producción de los elementos prosódicos del lenguaje y en la falta
de fluidez del mensaje.
El
término “tartamudez”, desde el punto de vista lingüístico, se utiliza para
categorizar a aquellos sujetos que presentan frecuentes disfluencias durante la
ejecución de su lenguaje (actuación chomskyana del hablante), sin que se
aprecien disfunciones en el grado de conocimiento de su lengua (competencia chomskyana
del hablante). La presentación del trastorno se aprecia en cualquier sílaba de
la palabra y no sólo en la inicial, afectando tanto a los elementos principales
de la oración (verbos, nombres...) como a los secundarios (partículas). Suele
ocurrir con mayor frecuencia durante el lenguaje conversacional que durante la
lectura y/o el lenguaje repetido. La severidad del trastorno es variable en
intensidad, ritmo y tiempo de habla.
Van
Riper (1971) consideraba la tartamudez como una disrupción de un flujo rítmico
del habla, caracterizada por bloqueos, prolongaciones o repeticiones de
palabras, sílabas, sonidos o posturas de la boca. Pero en el habla de un sujeto
con patrón de habla tartamuda se advierten otro tipo de afectaciones, además de
las propiamente lingüísticas, como son la respiración irregular, cierta
tensión, ansiedad, etc. Esta abundancia de síntomas hace que difícilmente se
puedan hallar dos personas tartamudas con iguales características.
Cisari
y cols. (1987) definen la tartamudez como una alteración funcional de la fluencia
verbal, que se caracteriza por la presencia de repeticiones, pausas y
prolongaciones fonemáticas y silábicas, la cual se fija en sujetos que no
demuestran progresivos daños orgánicos encefálicos o sensoriales, ni en los
órganos de articulación o de resonancia, y con ausencia de graves patologías psiquiátricas.
El
DSM-IV (1995) entiende el tartamudeo como una alteración de la fluidez y de la
organización temporal normales del habla (inadecuadas para la edad del sujeto),
caracterizada por concurrencias frecuentes de uno o más de los siguientes
fenómenos:
1)
repeticiones de sonidos y sílabas, 2) prolongaciones de sonidos, 3) interjecciones, 4) palabras fragmentadas,
5) bloqueos audibles o silenciosos, 6) circunloquios para sustituir palabras problemáticas,
7) palabras producidas con un exceso de tensión física, y 8) repeticiones de
palabras monosilábicas (American Psychiatric Association, 1995).
La
consideración definitiva del trastorno suele hacerse, por lo general, en
función de la duración, tipo y cantidad de difluencias que presenta el habla
del sujeto. La disfemia fundamentalmente
un problema de comunicación (exige la presencia de uno o varios
interlocutores), en el que el hablante disfémico manifiesta una evidente dificultad
expresiva, por una ausencia de control en la emisión de las palabras que
conforman su lenguaje.
Se
aprecia, en fi n, una dificultad en la elocución del mensaje a causa de una
repetición o atranque en alguna sílaba o una interrupción espasmódica de la fluidez
verbal, así como fallos en la comunicación, repeticiones silábicas,
vacilaciones y, cómo no, espasmos. En general, suelen advertirse las mayores
dificultades, así como una excesiva tensión en labios y lengua, durante la
emisión de los fonemas oclusivos (/p/, /t/, /k/, /b/, /d/, /g/).
. . .
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