Programa para el desarrollo de relaciones sociales competentes en Educación Primaria
Este
programa recoge los contenidos y las experiencias de mejora en el aula llevadas
a cabo por profesores y orientadores. Esta propuesta es un recurso útil para
lograr objetivos de mejora de la convivencia. Puede aplicarse durante el tiempo
de las materias escolares pero está especialmente indicado para el tiempo de tutoría.
Presenta, la
definición del programa y sus fundamentos o bases conceptuales, así como su
estructura, partes y una evaluación de eficacia de resultados; el diseño de
formación de profesores; el desarrollo del programa (compuesto de tres módulos,
cada uno de los cuales tiene tres partes de actividades); además de
instrumentos para evaluar los cambios que se vayan produciendo en el alumnado y
en el profesorado.
Autora: Mª
Victoria Trianes
Tamaño:
14x21,5 cms
ISBN:
978-84-9700-776-4
Páginas: 156
ÍNDICE
CAPÍTULO 1
El programa para
desarrollo de relaciones sociales competentes en Educación Primaria
1.1. Motivación del programa
1.2. Fundamentación del programa
1.3. Estructura, objetivos y procedimientos del
programa
1.4. Resultados publicados del programa
CAPÍTULO 2
La formación de profesores
2.1. Introducción
2.2. La intervención centrada en el contexto
2.3. La formación de profesores dentro de un marco
constructivista
2.4. El marco colaborativo para el trabajo de los
profesores en el programa
2.5. Los grupos de autoformación de los profesores
2.6. La valoración de los profesores
2.7. Ideas previas de los profesores
2.8. Anexo
CAPÍTULO 3
Módulo I
Mejorar el clima de
clase
3.1. Introducción al trabajo con el programa
3.2. Objetivos generales del módulo I
3.3. Primera parte: comunicación y conocimiento interpersonal
Actividades
3.4. Segunda parte: perspectiva de la clase como grupo
Actividades
3.5. Tercera parte: participación en las normas de convivencia
de la clase
Actividades
CAPÍTULO 4
Módulo II
Solucionar los problemas
con los demás sin pelearnos
4.1. Introducción al trabajo con el módulo II
4.2. Objetivos generales del módulo II
4.3. Primera parte: conocimiento y manejo de emociones
y afectos
Actividades
4.4. Segunda parte: aprender pensamiento reflexivo y
negociación
Actividades
4.5. Tercera parte: aprender la respuesta asertiva
Actividades
CAPÍTULO 5
Módulo III
Aprender a ayudar y a
cooperar
5.1. Introducción al trabajo con el módulo III
5.2. Objetivos generales del módulo III
5.3. Primera parte: empezar a trabajar en grupos cooperativos
Actividades
5.4. Segunda parte: aprender habilidades para trabajar
en grupos cooperativos
Actividades
5.5. Tercera parte: podemos ayudar y cooperar en
cualquier lugar
Actividades
BIBLIOGRAFÍA
CAPÍTULO
1
EL
PROGRAMA PARA DESARROLLO DE RELACIONES
SOCIALES COMPETENTES EN EDUCACIÓN PRIMARIA
1.1.
MOTIVACIÓN DEL PROGRAMA
Este programa que se presenta recoge los
contenidos y las experiencias de mejora en una línea de trabajo, que comenzó en
1990, tomando como base una primera versión publicada en 1996, desarrollando
formación de profesores y orientadores y recibiendo aportaciones de muchos
profesores desde esos años hasta el 2010. El enfoque es plenamente actual y
acorde con los momentos sociales y culturales de hoy. Centra la intervención en
la formación del profesorado como medio de difundir los beneficios y contribuir
a la mejora del curriculum y de la enseñanza. Éste es un enfoque reconocido
dentro del campo de la intervención dirigida a modificar los contextos. Para la
formación del profesorado, en nuestra experiencia, es preferible utilizar las
vías usuales de promoción del profesorado y orientadores a través de los CEP y
cursos propuestos por las delegaciones de educación, siempre promocionando la
formación en los propios centros de los interesados, como medio de promover la
participación en el máximo de profesores del equipo docente. Durante veinte
años, la autora ha asesorado a profesores en la mejora de la convivencia en sus
centros de toda España. La formación en centros se ha generalizado y muchos
grupos docentes que trabajan la innovación han conocido el programa y han
puesto en práctica algunas de sus ideas y actividades.
El vehículo por el que ha cabalgado esta
línea de trabajo en su penetración en los centros escolares ha sido la
innovación educativa. En estos años desde el inicio de la democracia han
existido varios intentos de dotar de recursos a los centros escolares para que
lucharan contra las agresiones y la exclusión social. Así, la llamada
innovación educativa ha representado un estímulo para que los centros escolares
se motivaran para introducir programas y experiencias nuevas en sus centros con
el fi n de resolver los problemas de convivencia detectados. Las convocatorias
de las distintas administraciones educativas han animado a los equipos de
profesores a exponer sus experiencias para el logro de un reconocimiento,
incluso con premios.
Nuestra línea de intervención se acoge a la
innovación en cuanto a que representa una propuesta de nuevo curriculum que
persigue centralmente un enfoque o modelo de convivencia basada en la
erradicación de la agresividad y el aprendizaje de habilidades y buenas maneras
de resolver los conflictos interpersonales (Aragón, García, Iglesias, Morena, Plata,
Reche, Sánchez y Trianes, 2003). La propuesta es un recurso útil para lograr
objetivos de mejora de la convivencia. Es compatible con el desarrollo de
planes de convivencia en los centros, ya que el plan de convivencia puede
apoyarse en el desarrollo de varios programas en el centro escolar. Puede
aplicarse durante el tiempo de las materias escolares (sociales o cualquiera
que se adecue), pero está especialmente indicado para el tiempo de tutoría.
Hoy la sociedad y el mundo educativo han
tomado conciencia de la importancia que tiene educar para unas relaciones
humanas pacíficas y habilidosas. Los llamados planes de convivencia han puesto
el acento en la necesidad de que los centros escolares se organicen para
acometer acciones en la mejora de las relaciones interpersonales en su seno, ya
que la convivencia se define como la resultante de las relaciones interpersonales
que se dan en un centro académico a distintos niveles (etapas educativas,
edades del alumnado) y por distintos agentes (profesores, alumnado, padres,
personal no docente, etc.). Una buena convivencia implica que existe voluntad de
no emplear la agresividad como solución de problemas sino que éstos se
resuelven hábilmente por negociación y búsqueda de acuerdos.
Existen otros conceptos cercanos al de
convivencia escolar, como son el clima social del centro o del aula y el clima
académico. Se define clima social a partir de la calidad de las interacciones
interpersonales dentro del centro escolar (Emmons, Comer y Haynes, 1996) o
también como la percepción, por parte de alumnos y profesores, de bienestar personal,
sentimientos positivos de sentirse aceptado y ser valioso para los demás en la convivencia
diaria (Trianes, Blanca, de la Morena, Infante y Raya, 2006). Por su parte, el
clima académico se refiere a la extensión en la cual el entorno de aprendizaje
estimula el esfuerzo y enfatiza la cooperación (Roeser y Eccles, 1998), un
aspecto que también contribuye a la buena convivencia.
La presente publicación del programa de
educación de las relaciones interpersonales en la infancia contiene diversos materiales
con distintos propósitos de utilidad para profesorado y orientadores
educativos. En primer lugar contiene la definición del programa y sus
fundamentos o bases conceptuales, así como su estructura, partes y una
evaluación de eficacia de resultados. Un segundo capítulo contiene el diseño de
formación de profesores sobre el que hemos trabajado y acumulamos experiencia.
En los capítulos del 3 al 5 se desarrolla el programa, exponiendo los objetivos
que se persiguen en el módulo pero también los que guían cada actividad. El
programa tiene tres módulos (que coinciden con los capítulos 3, 4 y 5) cada uno
de los cuales tiene tres partes con las actividades. Al final de cada módulo se
expondrá un instrumento para la evaluación
de los cambios que se vayan produciendo en el alumnado y en el profesorado. La
bibliografía recoge numerosos trabajos del grupo dirigidos por la autora que
versan sobre el programa y sus resultados y que son fáciles de adquirir para el
lector interesado, pues están publicados en España.
1.2.
FUNDAMENTACIÓN DEL PROGRAMA
Cuatro marcos conceptuales se reconocen
desde el programa como sustentadores o justificadores de sus enfoques y
actividades. Su autora, profesora en el campo de la Psicología Evolutiva y de
la Educación, selecciona estos marcos: constructivismo, disciplina democrática,
solución de problemas interpersonales y aprendizaje cooperativo, como cuatro
áreas de investigación psicológica con compromisos en la educación infantil y
adolescente, que fundamentan en su conjunto la mayor parte de los objetivos y actividades
del programa.
1.2.1.
EL
MARCO CONSTRUCTIVISTA
Como marco constructivista y dentro de éste
seleccionamos, en primer lugar, el enfoque sociocultural. Quizás una de las
razones de su rápida expansión en la psicología europea y americana, y en
nuestro país concretamente, sea que permite conceptuar unas relaciones
complejas y no reduccionistas entre aprendizaje y desarrollo, en las que educación,
enseñanza escolar, cultura y profesor son piezas clave. La sociedad cuenta con
mecanismos de enculturación de sus miembros más jóvenes, facilitándoles así el
acceso a la experiencia colectiva culturalmente organizada. Esta asimilación de
lo cultural no es mera transmisión / recepción, sino que implica un proceso de
reconstrucción personal, concretado en el proceso de interiorización, que es el
eje del desarrollo individual. En este proceso de crecimiento personal se
incluyen objetivos de desarrollo socioemocional y moral, así como habilidades
para la vida siguiendo los cánones que la sociedad dispone para la formación de
sus miembros jóvenes. Es precisamente este proceso de construcción personal
interiorizando saberes culturales (por medio de la escolarización entre otras
influencias) lo que nos convierte en personas, miembros de un grupo social
determinado (Coll, 1990).
El constructivismo inherente al enfoque
sociocultural ofrece una concepción coherente y sin fi suras en la que el desarrollo,
la educación y la cultura están intrínsecamente relacionados. Están al servicio
de la formación de personas que sean activos constructores de su propio
desarrollo personal (no sólo intelectual), con la ayuda efectiva y la
intervención de los adultos (profesores) e iguales, en contextos de educación
reglada (escolares). Esta ayuda les permite llegar a sus máximas posibilidades
de desarrollo de competencias cognitivas y conductuales.
La relevancia que otorga a las actividades
y participación del alumnado en su aprendizaje el marco constructivista constituye
uno de los referentes teóricos del programa. En éste se promueve la
participación responsable del alumnado que, lejos de desempeñar un papel
receptivo meramente, debe mostrarse participativo y compartir parte de la toma
de decisiones que se efectúa en clase sobre el tema de la disciplina, por
ejemplo, y en otros muchos temas. Se otorga pues un papel relevante a la
responsabilización e implicación del alumnado en la vida del aula. El marco constructivista
proporcionado por el enfoque sociocultural aporta nuevas justificaciones para
una educación dirigida a promover competencias sociales e interpersonales en la
formación del alumnado. Vygotsky (1978) señalaba como en la interacción social
guiada (profesora-lumno o alumnado entre sí) se construyen procesos
psicológicos como funciones mentales superiores a partir de la interiorización de
estrategias practicadas en la interacción social de la clase.
El papel de la cooperación interpersonal
guiada por el profesor es relevante en la zona de desarrollo próximo que se
define como la distancia entre el rendimiento solo y con ayuda interpersonal.
Esta cooperación en el grupo de trabajo permite poner en juego numerosas
estrategias hábiles, como formular preguntas, dar crédito a los iguales, escuchar
al otro, razonar, discutir, etc. Estas estrategias que se ponen en juego
gracias al contexto cooperador representan una transmisión importante de valores
culturalmente propios de sociedades democráticas, multirraciales y
multiculturales como las nuestras. Estas estrategias practicadas en el grupo
cooperativo son interiorizadas por el alumnado que se apropia de ellas y las
pone en acción en cualesquiera otro contexto. Estas estrategias se ponen en juego
sólo en contextos de cooperación, pero no en individualistas o competitivos del
aprendizaje. En el tercer módulo del programa se introduce el trabajo por grupo
cooperativo y se previenen obstáculos frecuentes para la cooperación: el
individualismo y el bloqueo, por medio de actividades que llevan al alumnado a
reflexionar y adoptar decisiones sobre su conducta.
Otra aportación que proviene también del
constructivismo es la técnica de refl exión / discusión que se pone en práctica
en el programa en grupos pequeños o asambleas de clase, generalmente dirigidas
por el profesor pero en algún caso por el propio alumnado. Esta técnica tiene tradición
en Psicología del Desarrollo. Ha demostrado ser útil para hacer avanzar el
juicio moral y la moralidad de los alumnos. Iniciada por el propio Kohlberg, ha
sido utilizada en programas que persiguen el desarrollo moral dentro de la
llamada educación moral (Díaz Aguado y Medrano, 1994). Pero también se ha
utilizado en otros programas para la enseñanza de actitudes y valores buscados
por los educadores, en metodologías como debates sobre disciplina, el clima de
la clase, la atmósfera global de la clase y otras enseñanzas vinculadas a la
marcha habitual de la educación día a día.
También se ha utilizado la reflexión /
discusión para el desarrollo de toma de perspectiva, es decir, la habilidad
para ponerse en el punto de vista de otros y salir del propio, lo cual es el
avance central del desarrollo sociocognitivo (Selman, 1980; Dodge, 1985).
Permite el acceso a logros como sensibilidad interpersonal, empatía, comprensión
de los problemas sufridos por otros, negociación o razonamiento moral, que están presentes en unas relaciones
interpersonales de calidad. En nuestro programa se utiliza esta
metodología para
promover la perspectiva de los hechos o problemas sucedidos, para considerar todos
los puntos de vista implicados y para tomar en cuenta las múltiples variables
relevantes clave
para comprender la situación problema.
Además
esta metodología de reflexión / discusión permite enseñar análisis reflexivo, que
frena el pensamiento impulsivo y la búsqueda de gratificación inmediata, promoviendo
un afrontamiento controlado de los problemas, dando pie a estrategias más
evolucionadas y consideradas con los otros que las automáticas surgidas del afrontamiento
impulsivo, que suelen ser agresivas. En el programa también se utiliza en este
sentido como promotor de una capacidad reflexiva para el análisis de los problemas
sucedidos. El instrumento para enseñar el análisis reflexivo es una pauta de preguntas
que incluyen los pasos de la resolución de problemas y que sirve al profesor para
dirigir el análisis con sus alumnos. Más adelante se describirá y se hablará de
esta pauta de preguntas de la solución de problemas interpersonales (en
adelante SPI).
1.2.2. LA
DISCIPLINA DEMOCRÁTICA
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