jueves, 25 de julio de 2019

Los Caminos de Olivia



Los caminos de Olivia. Una experiencia de rehabilitación integral infantil
En este libro se cuenta la apasionante y original experiencia, de once años, en la que se embarcan Olivia y sus padres, después de nacer ella con una fuerte lesión en el cerebelo. Una experiencia de rehabilitación integral, realizada fuera de los cánones imperantes. Se derrumban muchos prejuicios, fuertemente arraigados en nuestra sociedad, que se sustituyen por senderos recorridos desde el compromiso y la autenticidad. Forjando un mundo de sorpresas, cuajado de logros y satisfacciones nunca imaginados.
Autora: Mª Teresa Rizo García y Antoni Ferrer Palero  ISBN: 978-84-9700-438-1
Tamaño: 14x21,5 cms      Páginas: 108



ÍNDICE
¿QUIÉN ES OLIVIA?  
PRIMERA PARTE
1. DE LOS 4 MESES A LOS 21 


SEGUNDA PARTE
1. DE LOS 22 MESES A LOS 3 AÑOS Y 7 MESES
2. FUNDAMENTOS DE LA TERAPIA OSSO
3. EJERCICIOS MOTÓRICOS DE LA TERAPIA OSSO


TERCERA PARTE
1. DESCRIPCIÓN DE LOS EJERCICIOS MOTÓRICOS
0. Silla-carrito (1998-2006)
1. Gateo (1998-2006)
2. Tubos en cruz. Tubo ancho (2000)
3. Bipedestador estático (1998-2006)
4. Palo entre dos sillas (1998)
5. Aro sobre el suelo (1998)
6. Ejercicio de cuclillas (1999-2000)
7. Trineo (2000-2001)
8. Ejercicios básicos en piscina climatizada a 33-34 grados centígrados (1997-2006)
9. Yugo en el suelo (1999)
10. Sedestación sobre la cuña (2000)
11. Giros sobre el suelo en posición yacente (1998-2006)
12. Levantamiento del tronco desde la posición yacente boca abajo (2000-2001)
13. Anticifosis (2004-2006)
14. Flor de loto (2000 )
15. Sedestación con un recogedor (2002)
16. Caminador (2000-2006
17. Subir y bajar escaleras (2001-2006)
18. Sofá con colchón (2002-2006)
19. Paralelas de madera (2000-2006)
20. Ejercicios antitortícolis (2003-2006)
21. Caminar sujeta por los brazos de mis padres (2004-2006)
22. Bitutores (2005)

CUARTA PARTE 
1. DESCRIPCIÓN DE LOS EJERCICIOS COGNITIVOS Y OTRAS CUESTIONES
Ahora tengo cuatro años
Las sesiones de osteopatía
Practicar las cenefas con mi madre
Acabo de cumplir cinco años
Hago dibujo libre
He cumplido seis años
El primer encuentro con el logopeda
Al llegar a los siete años
La escritura, un medio de expresión
El programa pedagógico Sinera
El 22 de noviembre de 2003 cumplo los ocho
El número Uno
Abordar la pintura a la acuarela
Escribir al dictado
Sigo trabajando la fonética
Dibujar sobre metacrilato
La recreación
Dibujo mi autorretrato
Mi primer libro de lectura
El dibujo dentro de los límites de un bastidor
Mis visitas a Rafael
SEÑORA PELMA
Dedico un tiempo a las matemáticas
He cumplido los nueve años
Una llamada de la asistencia social
La educación en casa
Estudio de detalle
Ya tengo diez años
Mi kinesiólogo
Ejercicios con varias palabras
Encuentro con los mares y océanos
Estudiar geografía
Enseñaré a los niños saharauis a hablar mejor el castellano
Nota última 


¿QUIÉN ES OLIVIA?
Olivia soy yo. Acabo de cumplir 11 años, los hice el 22 de noviembre del 2006, pero, en fin, os cuento desde el principio... Llevo casi 8 meses viviendo en el vientre de mi madre. Nos hemos instalado, hace poco, en una bonita parte del sur, mis padres y yo. Los escucho a menudo, comparto con ellos la fascinación por las tierras de Al-Ándalus.
Las últimas semanas han transcurrido con lentitud.
Acabo de nacer y me encuentro en el nido de un hospital de Málaga; mi madre se ha quedado en el otro hospital, en el que nací. Aquí paso mis primeros tres meses de vida, acompañada por mi encefalocele occipital las primeras cuarenta y ocho horas, luego ya sin él tras una larga sesión de quirófano.
Mi vida en el nido se desliza de manera organizada, llena de horarios exactos. La visita diaria de mis padres rompe la monotonía y en unas semanas paso a ser la “dirigente del frente”, como dice mi padre, ya que mi tamaño sobrepasa en mucho al de mis compañeros y compañeras, todos ellos de escasos días de vida. Me han puesto sentada dentro de la cuna, con las vendas y demás cosas que exhibo en mi cabeza; comprendo el apelativo dado por mi padre.


Hoy es un día muy especial para mí, por primera vez voy a salir de entre estas paredes; me han dado de alta, y mis padres acaban de llegar para recogerme. Con mi cabeza cubierta por un gracioso gorro, dejo el nido, mi hogar hasta el momento. Las enfermeras me han ofrecido una calurosa despedida. Me pregunto qué habrá fuera de aquí. Tengo tres meses. Viajaré el resto de mi vida con las consecuencias de encefalocele occipital que quedó semanas atrás en el hospital: una hemiplejía y alguna que otra cuestión más. He de deciros que me han hecho un montón de resonancias magnéticas para observar la evolución de mi cerebro. Mi padre lo ha descrito así:
De todos modos, he tenido suerte. Otros compañeros del nido fueron cayendo, entre ellos mis amigas Lucía e Isabel; aún conservo un osito de peluche que la primera me regaló por Navidad.

 
PRIMERA PARTE
1. DE LOS 4 MESES A LOS 21
Hace unos días que estoy en mi nuevo hogar, la casa que mis padres ocupan en Antequera, una preciosa ciudad del interior malagueño. Vamos paseando por la calle, las bajísimas temperaturas de finales de febrero no nos han impedido salir, decidida como está, mi madre, a que yo vaya conociendo los tesoros de la ciudad.
Mi cochecito se para con frecuencia. Oigo cómo le dicen: “Hoy si que vas bien acompaña, niña” o “mía, qué cara”, refiriéndose a mí, supongo.
Continuamos nuestro paseo; la mañana se presenta ajetreada, hoy tengo que ir, ¿a qué no sabéis a qué?, pues a hacerme el pasaporte... cosas de mi padre.
Los días pasan veloces. Empiezo a asistir a rehabilitación en un Hospital de Málaga. El primer día, entramos en el despacho de la doctora jefa del departamento de Parálisis Cerebral Infantil. Tras unas preguntas preliminares, nos suelta:
– “Claro, a todos nos gustaría tener niños sanos, rubios y con los ojos azules”.
Mis padres se miran, ultrajados. ¡Con lo orgullosos que están de mis ojos y mi cabello oscuros!Luego, la doctora afirma:
– “Se puede ser feliz, se puede ser feliz”.

Nos despedimos: la doctora ha sido cordial. Hasta que cumplo los 21 meses asisto a rehabilitación en el hospital. Allí me ponen sobre una enorme pelota verde y me balancean hacia delante y hacia atrás. Luego, se sitúan sobre un balancín de madera en el que sigue el balanceo hacia un lado y otro.
Dicen que es para potenciar mi equilibrio; ¡pero, si no me aclaro, casi no sé dónde estoy!, ¡qué mareo! Todo ello se acompaña de ejercicios en los que mis miembros se dejan conducir sin actuar por sí mismos, sin hacer ningún tipo de fuerza. Mis padres repiten en casa ejercicios que les han enseñado en el hospital. Y así hasta que un día aparece mi tío Pepe (hermano de mi madre) con unas fotocopias que... Mis padres ya las han leído atentamente; hablan de un método integral de rehabilitación OSSO y de su creador. Oigo a mi madre decirle a mi padre:
– ¡Mira lo que dice aquí!
“El niño afectado no es contemplado como un paciente enfermo sino como un alumno que viene a aprender”.
Sigue un tranquilo silencio... Creo que ha habido flechazo, y cuando esto ocurre a mis padres no hay quien los pare. Espero, sigilosa, a ver si pasa algo nuevo.

SEGUNDA PARTE
1. DE LOS 22 MESES A LOS 3 AÑOS Y 7 MESES 
No me he equivocado. En la calurosa mañana del día 27 de agosto de 1997, mi madre se mete en la cafetería de un hotel a telefonear. Nos hemos perdido. Oigo que pregunta por el Sr. Ferran.
A los pocos minutos, mi padre y yo, que esperamos a unos metros de distancia, vemos que un hombre y una mujer se acercan por detrás a mi madre, y ella le dice:
– “Éste es el Sr. Farran, no Ferran”.
Mientras mi madre expresaba por teléfono su desesperación por verse perdida y llegar tarde a la cita, Joan Farran consumía su desayuno, plácidamente sentado en una mesita, a escasos metros de la cabina telefónica. Apareció ante nuestros ojos con aire campechano, haciendo bailotear un mondadientes entre sus labios; daba la impresión de que la vida no le pesaba, cosa que le agradó a mi madre. Él era el de las fotocopias, el creador del método OSSO, era Joan Farran. Duró cinco horas la sesión, dentro y fuera de la piscina. La ayudante, al comenzar, nos había dicho:
– “Joan nunca tiene prisa. Sabemos cuándo empezamos, pero no cuándo se acaba, pueden sentarse aquí”.
Aquello se ponía cada vez más interesante.
Mis padres concluyeron: INCREÍBLE. A los pocos días mandábamos una carta de despedida al hospital de Málaga.
Estamos en Noviembre del mismo año. Se trata del tercer encuentro con Joan. En esta ocasión hemos dejado Antequera por un mes entero y nos sumergimos de lleno en la terapia OSSO.
Joan, me había dicho que lo primero que tenía que hacer era “sentarme”, así que dejé la postura de mirar al cielo que veis en la figura siguiente:
Ahí tengo dos años. Mi carrito-silla comercial sufre una adaptación,tengo ahora dos años y nueve meses.
A los tres años, Joan me construye la silla definitiva, por el momento.
Como podéis ver en la figura anterior, llevo una pinza clavicular que cumple varias misiones. Por un lado me mantiene la espalda recta y por otro me ayuda a respirar mejor:
Me abre las clavículas (ampliando la capacidad pulmonar) y me sujeta el abdomen, justo por debajo de las costillas flotantes, haciendo más profunda mi respiración.
En la figura 6 me estáis viendo sentada en mi silla, pero sin lapinza clavicular. Tengo 4 años y 5 meses.
Podéis observar en la silla acabada varios elementos:
Los mandos de madera para que mis manos los cojan, suprimen y vayan ejerciendo sus funciones.
Los pieceros, piezas de madera a ambos lados de mis pies para que estos no se desestructuren y sigan la línea correcta de muslos y piernas.
El taco abductor y su prolongación, para que mis muslos mantengan un ángulo adecuado y los meniscos interiores de mis rodillas se fortalezcan al presionar contra él.
La barra amarilla se orienta hacia delante a diversas alturas, mis manos se agarran a ella y hacen fuerza, con ello fortalezco los músculos trapecios.
También uso la sillita para viajar en el coche de mis padres y para hacer todas mis comidas. La silla ha ido evolucionando con el tiempo. En las cuatro figuras siguientes se ve el aspecto de la silla en Abril de 2006, con 10 años y 5 meses de edad:

2. FUNDAMENTOS DE LA TERAPIA OSSO
Esto no os lo sé explicar bien. Lo único que puedo hacer es mostraros el anagrama, tan bonito, que podéis observar.
Podéis ver este anagrama (que en realidad es una cara), con el semblante alegre o con expresión de enfado. Basta que lo miréis como está en la figura o que lo invirtáis completamente.
Mis padres seguirán con la explicación. “OSSO quiere decir Orientación Psicosensoriomotriz Óptima.
El método integral Osso se realiza teniendo en cuenta la relación del niño con los 4 elementos: agua, tierra, aire y sol, pues éstos son elementos básicos para el desarrollo de la sensorialidad. El método está basado en la manipulación activa, que consiste en:
– Estimular todos los sentidos, posturas y movimientos para provocar respuestas reflejas
involuntarias, voluntarias y automáticas, fortaleciendo así el sistema vestibular, el cual facilita los mecanismos de vasculación y antigravitatorios.
– Estimular los reflejos viscerales para la regulación de secreciones y mucosidades, y la autorregulación vegetativa, recuperándose con todo ello los biorritmos naturales.

Mediante esta manipulación activa el niño integra en su memoria el nuevo esquema corporal obtenido en cada uno de los grados de autonomía que se van alcanzando. De este modo se respetan los ritmos evolutivos de transferencia de lo sensorio-motor a lo cognitivo, y se facilita la reacción circular correspondiente.
El método OSSO tiene presente, en todo momento, el bagaje reflejo con que la naturaleza ha dotado al ser humano.”

3. EJERCICIOS MOTÓRICOS DE LA TERAPIA OSSO
Este gran conjunto de actividades se inicia en enero de 1998. Voy a intentar describir los ejercicios, ateniéndome al desarrollo cronológico en la medida que pueda y la memoria me ayude. Estos son los objetivos generales:
1. Elevar el tono de mi musculatura, dándole más capacidad para controlar posturas habituales.
2. Enderezar al máximo mi columna vertebral, reduciendo gradualmente ciertas contracturas fuertes que me la desvían (escoliosis).
3. Conseguir un buen sostén cefálico, venciendo mi tendencia a bajar la cabecita (cifosis).
4. Reducir, y evitar al máximo, la tortícolis en mi cuello.
5. Simetrizar, cada vez más, la actuación simultánea de mis extremidades (brazos y piernas), y más concretamente de mis manos, intentando el equilibrio físico de mi cuerpo.
6. Abrir mis clavículas para que los pulmones ocupen más espacio.
7. Aumentar la potencia de la musculatura pulmonar.
8. Ampliar el campo de mi mirada y su lejanía, para corregir un cierto bizqueo.
9. Vencer la angustia de caída.
10. Ampliar la conciencia sensorial.
11. Desarrollo de la comprensión espacio-temporal.
12. Consecución del equilibrio psicomotriz.

He de deciros que el principio básico para progresar en mi rehabilitación es el de atender a un ritmo temporal adecuado, el que mi cuerpo necesita para responder a cualquier estímulo físico o sensorial. Mis rehabilitadores (Joan o mis padres), cuando me preguntan, me hablan o me cogen para realizar algún ejercicio, me dan el tiempo suficiente para que yo les responda, cosa que siempre hago.

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