La Sustancia de LA VOZ
Descripción
Manual práctico de voz hablada para locutores, oradores y actores de doblaje
José Antonio Meca
Nuestra voz es el resultado de un proceso auténticamente prodigioso. Un “milagro” de la Naturaleza que nos hace únicos.
Conocer nuestra propia voz, en toda su extensión, es de alguna forma conocernos a nosotros mismos. El actor, el cantante, el orador… sabe que su voz es el resultado de su aprendizaje constante, pero también el resultado de sus emociones, de sus sentimientos, sus dudas, sus miedos, sus alegrías, etc. Cada una de nuestras palabras están teñidas de sentimientos. La voz es comunicación y muy especialmente autocomunicación.
Manejarla con solvencia no es tanto una virtud o una capacidad innata como una cuestión de constancia y paciencia.
Este manual ayuda a ello proponiendo ejercicios que favorezcan el desarrollo de nuestra voz en toda su extensión.
ÍNDICE
11. Agradecimientos
13. Prólogo
15. Introducción
17. La voz
13. Prólogo
15. Introducción
17. La voz
19. PRIMERA PARTE
21. Uno. El aparato fonador
23. 1.1. Aparato respiratorio
24. 1.2. Aparato laríngeo
25. 1.3. Aparato resonador
27. Dos. Características de la voz
28. 2.1. Clasificación de la voz
31. Tres. Producción de la voz
32. 3.1. Vocalización
32. 3.2. El triángulo vocálico
33. 3.3. Articulación
34. 3.4. Puntos de articulación
37. Cuatro. Educación de la voz
38. 4.1. Algunos errores frecuentes
40. 4.2. Cuidado y mantenimiento de la voz
41. 4.3. Pautas de higiene vocal. Consejos del foniatra
42. 4.4. Trastornos más comunes en los profesionales de la voz. Disfonía
y afonía
44. 4.5. Lectura expresiva
46. 4.6. Entonación de la voz
51. Cinco. Actitudes para el doblaje. Algunas anotaciones
53. 5.1. Breve historia
54. 5.2. El proceso
54. 5.2.1. La traducción
55. 5.2.2. Adaptación de diálogos
57. 5.2.3. Reparto de voces
58. 5.2.4. Pautado o takeo
58. 5.2.5. Dirección de sala
59. 5.3. Conceptos relacionados con el sonido audiovisual
59. 5.3.1. Autodoblaje
60. 5.3.2. Sonorización en sincronía
60. 5.3.3. Postsincronización
60. 5.3.4. Sonorización
61. 5.3.5. Traducción en sincronía
63. Seis. Locución Audiovisual
64. 6.1. Defectos comunes en locutores
65. 6.2. Algunas sugerencias
68. 6.3. Ejemplos de textos para radio y televisión
23. 1.1. Aparato respiratorio
24. 1.2. Aparato laríngeo
25. 1.3. Aparato resonador
27. Dos. Características de la voz
28. 2.1. Clasificación de la voz
31. Tres. Producción de la voz
32. 3.1. Vocalización
32. 3.2. El triángulo vocálico
33. 3.3. Articulación
34. 3.4. Puntos de articulación
37. Cuatro. Educación de la voz
38. 4.1. Algunos errores frecuentes
40. 4.2. Cuidado y mantenimiento de la voz
41. 4.3. Pautas de higiene vocal. Consejos del foniatra
42. 4.4. Trastornos más comunes en los profesionales de la voz. Disfonía
y afonía
44. 4.5. Lectura expresiva
46. 4.6. Entonación de la voz
51. Cinco. Actitudes para el doblaje. Algunas anotaciones
53. 5.1. Breve historia
54. 5.2. El proceso
54. 5.2.1. La traducción
55. 5.2.2. Adaptación de diálogos
57. 5.2.3. Reparto de voces
58. 5.2.4. Pautado o takeo
58. 5.2.5. Dirección de sala
59. 5.3. Conceptos relacionados con el sonido audiovisual
59. 5.3.1. Autodoblaje
60. 5.3.2. Sonorización en sincronía
60. 5.3.3. Postsincronización
60. 5.3.4. Sonorización
61. 5.3.5. Traducción en sincronía
63. Seis. Locución Audiovisual
64. 6.1. Defectos comunes en locutores
65. 6.2. Algunas sugerencias
68. 6.3. Ejemplos de textos para radio y televisión
71. SEGUNDA PARTE
73. Siete. Ejercicios prácticos
74. 7.1. Ejercicios preortofónicos. Relajación
78. 7.2. Ejercicios preortofónicos. Lengua y labios
81. 7.3. Ejercicios preortofónicos. Mandíbula, velo del paladar y cuello
83. 7.4. Ejercicios preortofónicos. Mejillas
85. Ocho. Aprendiendo a respirar
95. Nueve. Ejercicios para la voz. Colocación y resonancia
99. Diez. Ejercicios para la voz. Articulación y velocidad
121. Once. Ejercicios para la voz. Modulación. Mejorando nuestra interpretación
133. Doce. Ejercicios de lectura anticipada y visión periférica para televisión y doblaje
137. Trece. Señalética. Trabajar un texto
139. Catorce. Desapareció el micrófono: voz proyectada
143. Quince. Mejorando nuestra memoria. Retentiva, memoria auditiva y visual
74. 7.1. Ejercicios preortofónicos. Relajación
78. 7.2. Ejercicios preortofónicos. Lengua y labios
81. 7.3. Ejercicios preortofónicos. Mandíbula, velo del paladar y cuello
83. 7.4. Ejercicios preortofónicos. Mejillas
85. Ocho. Aprendiendo a respirar
95. Nueve. Ejercicios para la voz. Colocación y resonancia
99. Diez. Ejercicios para la voz. Articulación y velocidad
121. Once. Ejercicios para la voz. Modulación. Mejorando nuestra interpretación
133. Doce. Ejercicios de lectura anticipada y visión periférica para televisión y doblaje
137. Trece. Señalética. Trabajar un texto
139. Catorce. Desapareció el micrófono: voz proyectada
143. Quince. Mejorando nuestra memoria. Retentiva, memoria auditiva y visual
147. Bibliografía
INTRODUCCIÓN
Zoom logos ejon.
El ser humano es el animal que tiene la palabra, que es capaz de hablar para transmitir sus sentimientos, todo lo que le gusta, lo que le atrae o le disgusta.
El habla es una maravillosa facultad que nos hace únicos. La comunicación entre nosotros nos permite conocernos mucho más y engrandecer nuestra capacidad de animales sociales. Conocer nuestra propia voz es, de alguna forma, conocernos a nosotros mismos. El actor, el cantante, el orador sabe que su voz es el resultado de su aprendizaje constante, pero sabe también que es el resultado de sus emociones, sus sentimientos, sus dudas, sus miedos, sus alegrías, etc. Cada una de nuestras palabras están teñidas de sentimientos. La voz es comunicación y muy especialmente autocomunicación.
Desde siempre hemos tenido claro el peso de nuestra voz. En el siglo II después de Cristo el filósofo griego Galeno defendió que todo lo que sucede en la cabeza y en el corazón se manifiesta en nuestra voz por ser el espejo del alma. Juzgamos a las personas no sólo por su imagen sino también por su voz. Sus características resultan tan decisivas en las relaciones sociales y públicas que condicionan en gran medida lo que los demás piensan de nosotros.
La reina Cleopatra, además de ocuparse de su aspecto físico, ejercitaba su voz consiguiendo hacerla dulce y aterciopelada cuando bromeaba o grave y áspera cuando sentenciaba sobre política. El actor de cine John Gilbert, que llegó a rivalizar con el gran Rodolfo Valentino como galán más taquillero, fue uno de los ejemplos más sonados del fracaso de un actor del cine mudo al sonoro. En el año 1929, los espectadores se reían del ardiente personaje interpretado por Gilbert en Hits Glorious Night, su primera película totalmente hablada. La fonogenia fue definitiva.
que nuestro futuro profesional no vaya dirigido al canto, la locución o el doblaje.
Es cierto que el hombre no habla por tener lengua, sino por tener inteligencia, pero no es menos cierta la necesidad para establecer la comunicación, de que entendamos con nitidez lo que se diga. En tal sentido este trabajo está orientado a todas las personas que en algún momento de sus vidas han bregado con la inquietud de mejorar la comunicación haciendo más agradables sus voces. Llegados al final, será una enorme satisfacción para ellas y un regalo para quienes escuchamos.
El planteamiento inicial es contar con una herramienta útil y no un simple libro de lectura. De nada nos sirve teorizar largamente sobre nuestra voz si luego no somos capaces de poner en práctica todo cuanto aprendamos. El primer paso en el inicio de este camino es un repaso a algunos conceptos básicos de la producción de nuestra voz. Superados esos meandros nos toparemos con una extensa propuesta de ejercicios de orden práctico, para acabar arribando a la posada anhelada desde el comienzo.
Es preciso señalar, como ejemplo de honestidad, que no existen ni pócimas milagrosas, ni bálsamos de fierabrás, ni varitas mágicas que nos posibiliten manejar en un abrir y cerrar de ojos nuestra voz. Como todo proceso educativo se exige un trabajo arduo y constante que nos llevará a la obtención de los resultados esperados.
Afortunadamente no es condición imprescindible un talento innato de genio para “sonar” bien, sino la virtud de la constancia y la paciencia. Simplemente es cuestión de tiempo y dedicación, no de capacidades o talentos.
El habla es una maravillosa facultad que nos hace únicos. La comunicación entre nosotros nos permite conocernos mucho más y engrandecer nuestra capacidad de animales sociales. Conocer nuestra propia voz es, de alguna forma, conocernos a nosotros mismos. El actor, el cantante, el orador sabe que su voz es el resultado de su aprendizaje constante, pero sabe también que es el resultado de sus emociones, sus sentimientos, sus dudas, sus miedos, sus alegrías, etc. Cada una de nuestras palabras están teñidas de sentimientos. La voz es comunicación y muy especialmente autocomunicación.
Desde siempre hemos tenido claro el peso de nuestra voz. En el siglo II después de Cristo el filósofo griego Galeno defendió que todo lo que sucede en la cabeza y en el corazón se manifiesta en nuestra voz por ser el espejo del alma. Juzgamos a las personas no sólo por su imagen sino también por su voz. Sus características resultan tan decisivas en las relaciones sociales y públicas que condicionan en gran medida lo que los demás piensan de nosotros.
La reina Cleopatra, además de ocuparse de su aspecto físico, ejercitaba su voz consiguiendo hacerla dulce y aterciopelada cuando bromeaba o grave y áspera cuando sentenciaba sobre política. El actor de cine John Gilbert, que llegó a rivalizar con el gran Rodolfo Valentino como galán más taquillero, fue uno de los ejemplos más sonados del fracaso de un actor del cine mudo al sonoro. En el año 1929, los espectadores se reían del ardiente personaje interpretado por Gilbert en Hits Glorious Night, su primera película totalmente hablada. La fonogenia fue definitiva.
que nuestro futuro profesional no vaya dirigido al canto, la locución o el doblaje.
Es cierto que el hombre no habla por tener lengua, sino por tener inteligencia, pero no es menos cierta la necesidad para establecer la comunicación, de que entendamos con nitidez lo que se diga. En tal sentido este trabajo está orientado a todas las personas que en algún momento de sus vidas han bregado con la inquietud de mejorar la comunicación haciendo más agradables sus voces. Llegados al final, será una enorme satisfacción para ellas y un regalo para quienes escuchamos.
El planteamiento inicial es contar con una herramienta útil y no un simple libro de lectura. De nada nos sirve teorizar largamente sobre nuestra voz si luego no somos capaces de poner en práctica todo cuanto aprendamos. El primer paso en el inicio de este camino es un repaso a algunos conceptos básicos de la producción de nuestra voz. Superados esos meandros nos toparemos con una extensa propuesta de ejercicios de orden práctico, para acabar arribando a la posada anhelada desde el comienzo.
Es preciso señalar, como ejemplo de honestidad, que no existen ni pócimas milagrosas, ni bálsamos de fierabrás, ni varitas mágicas que nos posibiliten manejar en un abrir y cerrar de ojos nuestra voz. Como todo proceso educativo se exige un trabajo arduo y constante que nos llevará a la obtención de los resultados esperados.
Afortunadamente no es condición imprescindible un talento innato de genio para “sonar” bien, sino la virtud de la constancia y la paciencia. Simplemente es cuestión de tiempo y dedicación, no de capacidades o talentos.
LA VOZ
Nuestra voz es el resultado de un proceso auténticamente prodigioso. Un “milagro” de la naturaleza que nos hace especiales. El ser humano es único al tener la capacidad de transmitir sus ideas mediante la articulación de un lenguaje perfectamente adaptado a la comunicación.
La voz es el sonido que produce el aire expelido de los pulmones al salir de la laringe haciendo que vibren las cuerdas vocales. Este proceso se inicia con la voluntad. El primer paso es la aparición del deseo de emitir un sonido, después se desencadenan en el sistema nervioso central un gran número de órdenes que ponen en funcionamiento todos los elementos que participan en la producción de la voz, es decir, los mecanismos de la respiración, de la fonación, de la articulación y de la resonancia.
El habla, como ocurre con otras actividades que desarrolla el ser humano, está fiscalizada por un complejo mecanismo de autocontrol en el que interviene directamente el sistema auditivo. El ejemplo más significativo lo encontramos en ambientes muy ruidosos. Cuando estamos en una discoteca e intentamos hablar tendemos a alzar la voz para poder escucharnos y mantener dicho autocontrol. Con frecuencia, los locutores que retransmiten una carrera de coches o un evento deportivo con un sonido ambiental extremo elevan la voz en sus narraciones más de lo que sería deseable para el oyente y conveniente para sus gargantas, aunque el micrófono esté a la misma distancia de sus bocas que en una situación ausente de ruido.
Los periodistas radiofónicos temen el traicionero “retardo” producido por la emisión de su voz a través del satélite, que les obliga a retirarse los auriculares inmediatamente para evitar atropellarse en sus locuciones. El cerebro no es capaz de articular una frase con coherencia sin controlar en todo momento lo que se está diciendo. En el retardo producido por la emisión a través de un satélite, las palabras pronunciadas ante el micrófono llegan a nuestros auriculares con la demora suficiente como para anular nuestro mecanismo de autocontrol.
Para mayor complejidad del sistema apuntaremos que el estado emocional en el que nos encontremos también afecta directamente a nuestra fonación y respiración.
La voz humana es tan versátil como vulnerable.
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