viernes, 21 de diciembre de 2018

El arte de envejecer con humor


El arte de envejecer con humor





Este libro, desde la teoría y la práctica, da a conocer la importancia del humor en la vida de las personas mayores para gozar de un  envejecimiento activo y saludable. Para ello se analiza el fenómeno sociodemográfico del  envejecimiento, haciendo hincapié en las  características de la sociedad actual y los retos que se plantean tanto para el individuo como para la sociedad. Todo ello, implica el aprendizaje a lo largo de toda la vida donde el humor, desde una concepción saludable y vital, puede ser un elemento clave para un envejecimiento activo y para el desarrollo y vivencias de las emociones positivas y el bienestar emocional. Por último, se presenta un taller en el que se recoge una amplia batería de ejercicios, dinámicas y actividades para que puedan aplicarse a grupos de personas mayores.




Introducción 
El humor en la vida de nuestros mayores
BLOQUE 1        
Demografía gerontológica y envejecimiento activo
Capítulo 1  
¿En qué sociedad envejecemos?
1.           El fenómeno socio-demográfico del envejecimiento

2.           Otras características de la sociedad actual
Capítulo 2        
La longevidad, un reto para el individuo y la sociedad
Capítulo 3       

Aprender a lo largo de la vida
Capítulo  4  

El envejecimiento activo: ¿Qué es?
Capítulo 5       

Algunas necesidades psicológicas de la persona mayor
1.           Necesidad de afecto
2.           Necesidad de pertenencia
3.           Necesidad de logro
4.           Necesidad de independencia
5.           Necesidad de reconocimiento
6.           Necesidad de autoestima

Capítulo 6        
Jubilación y proyecto vital

BLOQUE 2        
El humor para un envejecimiento activo y saludable

Capítulo 7       
Humor y envejecimiento activo. Una mirada del humor en la vejez desde la serena cautela
1.           Conceptualización del humor
2.           Aproximaciones al sentido del humor

Capítulo 8       

El humor desde una lectura a través de la historia
Capítulo 9       
Los beneficios del humor y la risa para la salud
1.           Aspectos fisiológicos del humor
2.           Aspectos cognitivos
3.           Aspectos relacionales y sociales del humor

Capítulo 10       

El humor, clave en las emociones positivas y en el bienestar emocional
Capítulo 11       
El humor en la psicología y la psicoterapia

Capítulo 12       
El poder de la resiliencia y el humor para crecer ante la adversidad
1.           Aprendiendo a ser resilientes y crecer desde la adversidad

Capítulo 13       
El humor como herramienta pedagógica para el aprendizaje
1.           El humor como estímulo motivador para seguir aprendiendo
2.           Funciones del humor en la educación
3.           Estilos de humor

              3.1. Hoja de ruta para trabajar un auténtico humor 
BLOQUE 3        
Propuestas prácticas para un taller sobre el humor para personas mayores

Capítulo 14       
Introducción al taller sobre el humor para el envejecimiento activo
1.           Fundamentación
2.           Objetivos del taller
3.           Contenidos y estructura del taller

              3.1. Bloque I: dinámicas de calentamiento y desinhibición

              3.2. Bloque II: expresión y movimiento corporal

              3.3. Bloque III: dramatización e improvisación teatral

              3.4. Bloque IV: atención y memoria

              3.5. Bloque V: risoterapia
4.           Esquema básico de la secuencia de una sesión del taller
5.           Metodología del taller
6.           Aspectos organizativos
7.           Recurso

Materiales
9.           Evaluación

Capítulo 15       
Descripción de los ejercicios en función de los bloques temáticos
1.           Bloque 1: dinámicas de calentamiento y desinhibición
2.           Bloque 2: expresión y movimiento corporal
3.           Bloque 3: dramatización e improvisación teatral
4.           Bloque 4: atención y memoria
5.           Bloque 5: risoterapia

BLOQUE 4        
Reflexiones finales

Capítulo 16       
El humor en el arte de vivir la vejez
1.           El encanto de sentirse “mayor”
2.           Vivir con plenitud desde la aceptación positiva, generosa y alegre
3.           Aprendizaje de la gratitud

4.           El arte de vivir y reconciliarnos con nosotros mismos y  los demás
Bibliografía 
anexos        
Fichas de evaluación final del taller
1.           Evaluación por parte del profesor y los alumnos
2.           Evaluación de los bloques y dinámicas
3.           Evaluación del monitor



El humor en la vida de nuestros mayores

«Feliz el mayor que ve acrecentarse en él el sentido del humor, de la ternura, la sensibilidad ante la naturaleza y la belleza, y mantiene en alza la curiosidad, el afán de aprender, de experimentar y de vivir».
(Millán Arroyo, 1999: 9)


La vejez es la última etapa de la vida en la que las personas mayores experimentan que pasan por el último peaje de la existencia. Como señala Garanto (1983: 50) este periodo puede convertirse en un tiempo de desesperanza, de resignación o de desencanto. Las fuerzas flaquean, afloran nuevas enfermedades y la soledad puede convertirse en una compañera fiel. Como canta Pablo Milanés: «(...) la soledad es un pájaro grande multicolor que ya no tiene alas para volar y cada intento da más dolor».

En este tiempo, uno puede echar la mirada atrás y ver con cierto grado de melancolía y pesimismo los fracasos acaecidos, los momentos menos gozosos, los  sufrimientos o deseos no satisfechos. Por el contrario, cuando uno recapitula la experiencia de vida, puede observar, como nos invita Bonet (2001: 43), desde otra mirada más generosa y optimista, aquellas cosas que nos han deleitado en la vida, las experiencias jocosas y divertidas que nos han sucedido, ideas, personas e influencias que nos han ayudado o las metas que hemos alcanzado.

Cuando uno rastrea entre las experiencias personales que han marcado la vida, uno debe ser honesto y hacer memoria de todo aquello que le ha hecho crecer y madurar como persona. No se trata de eliminar aquellas situaciones desagradables o conflictos mal resueltos, sino situarlos en su justa medida para poder llegar a decir a pleno pulmón, como apunta Pablo Neruda «confieso que he vivido».

Nuestra memoria selectiva, en esta etapa de la vida, es muy importante siempre y cuando tengamos la sana e inteligente manera de liberar los “esquemas positivos del vivir”. Esto es, rescatar aquellas situaciones y personas que han sido fuente de placer y de vida. La alegría, la risa, el sentido del humor... nos servirán de filtro para saborear con mayor intensidad los pequeños y grandes acontecimientos de nuestra vida.

Pero la vejez es mucho más que un tiempo de recuerdos o evocaciones del pasado. Es un tiempo para ser vivido en plenitud y es un tiempo de humanización. Con el término “mayores activos” se reivindica el importante papel que les toca desempeñar en la sociedad actual a las personas mayores. Como refiere Marial (2007: 10) en la intervención social con las personas mayores se abren nuevos escenarios para garantizar la calidad de vida de nuestros mayores. Por eso, la formación, el ocio cultural y solidario, la promoción de la salud, el desarrollo de nuevas habilidades sociales o la utilización de la informática conforman estos nuevos marcos de intervención socioeducativa.

Es aquí donde vinculamos nuestra propuesta del sentido del humor como contenido que debe ser trabajado para que nuestros mayores tengan la oportunidad de gozar, disfrutar y reír al lado de otros contenidos, destacando los beneficios bio-psico-socio emocionales que lleva consigo el humor.

Bokun (1986: 71) enseña a las personas ancianas que desean vivir con humor a ver el lado positivo de la vida, a perseguir un ambiente más agradable, a tener una mejor disposición del ánimo y a afrontar las tareas con una elevada motivación, vinculándose a las personas de su entorno.

Es nuestra intención, a lo largo de este libro, aportar reflexiones, análisis, datos y contenidos específicos con el objetivo de ilustrar la importancia del humor y de las emociones positivas para la conquista de un envejecimiento activo y saludable.

El debate sobre la educación y la formación, desde los últimos decenios, tiene un alcance mundial; y es, en este contexto mundial, en el que han surgido, con la aportación de los organismos internacionales, especialmente de la UNESCO y la OMS, nuevos conceptos: “educación permanente”, “aprendizaje a lo largo de la vida”, “promoción de la salud”, “nueva cultura de la salud”, “envejecimiento activo”, que constituyen un nuevo marco, que cambian las ideas tradicionales y amplían el concepto mismo de educación. Es, en este nuevo paradigma educativo, donde se enmarca el contenido de este libro, que consta de tres partes claramente diferenciadas  para responder al objetivo central que se basa en conocer el sentido del humor y su repercusión para un envejecimiento activo y  saludable.

La primera parte del libro encuadra y fundamenta la demografía y el envejecimiento de nuestra sociedad, para seguidamente  analizar las características y lo que conlleva sociológicamente tal envejecimiento. Se plantea la longevidad como un reto tanto para el individuo como para la sociedad y la importancia del aprendizaje a lo largo de toda la vida, haciendo especial hincapié en el envejecimiento activo. Asimismo, se ponen de manifiesto algunas de las necesidades psicológicas de las personas mayores para finalizar promoviendo ante la jubilación la consolidación de un proyecto de vida, fomentando el sentido del humor, la autonomía, la independencia personal y la ciudadanía activa.  

En la segunda parte se profundiza sobre el humor ligado al envejecimiento activo y saludable. Comienza este bloque aproximándonos a la conceptualización del humor y del sentido del humor para hacer un breve recorrido antropológico de la importancia de éste a través de la historia. También se analizan los beneficios del humor y la risa para la salud y como elemento clave en el desarrollo de las emociones positivas y del bienestar emocional. Finaliza el capítulo destacando tanto para la psicología como para la psicoterapia lo que supone emplear el humor y, lo que es más importante, cuando éste se emplea en momentos difíciles y nos hace crecer ante la adversidad (resiliencia). Por último, se ponen de relieve los beneficios pedagógicos del humor empleado como herramienta pedagógica para el aprendizaje.

La tercera y última parte intenta ser una síntesis donde se conjugan el aspecto gerontológico y el  envejecimiento activo con el que desempeña el humor, las emociones positivas y la risa tanto para la salud como para el bienestar emocional. La fórmula elegida es la elaboración de un taller con ejercicios y prácticas dinámicas para implementarse de una manera grupal. También se ponen de manifiesto las características, requisitos y orientaciones metodológicas para llevar a cabo dicho taller, ajustándolo a las necesidades, características y recursos de la población con la que se interviene.

En la elaboración de esta parte del libro, agradecemos muy sinceramente las aportaciones de José Ramón Díaz Martínez que, desde su preparación y trabajo especializado con los mayores, a través del proyecto El sentido del humor, su repercusión en la calidad de vida de las personas mayores, vela para que el humor sea un componente irreemplazable para el envejecimiento activo y saludable (haciaunavejezdigna.blogspot.com). 

Finaliza el libro haciendo una serie de reflexiones en torno al humor en el arte de vivir la vejez desde la aceptación positiva, generosa y alegre, objetivo deseado por sus autores.



1.                  El fenómeno socio-demográfico del envejecimiento

La cuestión del envejecimiento de la población española, como el de las poblaciones desarrolladas en general, en particular las europeas occidentales, es un resultado de la acción conjunta de una prolongada disminución de la mortalidad y, por tanto, del aumento de la esperanza de vida y de la prolongada y recientemente acelerada disminución de la fecundidad.

Sin duda debemos decir con Brundtland, Directora General de Organización Mundial de la Salud, que «(...) el envejecimiento de la población es, ante todo y sobre todo, una historia del éxito de las políticas de salud pública, así como del desarrollo social y económico» (Organización Mundial de la Salud, 2002).

En España han sido extraordinarios los cambios experimentados en la mortalidad y en la fecundidad, de manera que en el momento actual se disfruta de una de las esperanzas de vida más altas de Europa (superada únicamente por Suecia y Francia) y, por tanto, del mundo (78,2 en el caso de los varones y 84,3 en el de las mujeres en 2010; 80,89 y 86,92 en el 2013) y con una tasa de fecundidad que en el mejor de los escenarios alcanzará 1,53 en 2030 (muy por debajo del 2,1 hijos por mujer necesarios para asegurar el reemplazo generacional). El proceso de envejecimiento de la población española, a causa de estos cambios, se ha acelerado en estos últimos años, aunque es inferior al observable en otros países occidentales debido a que se partía de estructuras demográficas más jóvenes por la tradicional alta fecundidad de la población española y de las poblaciones del sur de Europa en general.

En este sentido, señala Díez Nicolás (1996, p. 5) que «(...) el envejecimiento de la población española ha estado acompañado de otros cambios enormemente importantes en su papel social. En primer lugar, el incremento en la esperanza de vida no solo significa que proporciones cada vez mayores de personas llegan a esta etapa, sino que llegan en mucho mejores condiciones físicas y mentales, es decir, con un nivel de salud mucho más alto que en el pasado. En segundo lugar, la generalización a prácticamente toda la población mayor de la asistencia sanitaria pública y de las pensiones de jubilación (por el sistema de pensiones no contributivas) ha dotado a la población mayor de unas posibilidades de independencia hasta ahora desconocidas para una gran parte de la población». [1]

Las jubilaciones anticipadas y las tasas de paro entre los adultos mayores, junto al incremento de la esperanza de vida y las mejores condiciones físicas y mentales con las que se llega a edades avanzadas, están contribuyendo a desdibujar los límites entre lo que se consideraba la edad adulta y la vejez, pero al mismo tiempo están creando un amplio sector de la población que comparte experiencias de posición social y que tiende a crecer y a existir durante un tiempo largo, de más de veinte años. Lógicamente, este nuevo sector social, al que resulta difícil incluso encontrar un nombre adecuado, está adquiriendo una creciente importancia social.

En la actualidad, pocas realidades hay en la vida comunitaria tan importantes como el hecho de la prolongación de la vida media del ser humano, pocas de tanta trascendencia y pocas tan frecuentes entre las que ocupan la atención de los gobiernos, de la sociedad en general y de los grupos ciudadanos en la mayoría de los países del mundo.

fácilmente que el mundo de hoy, especialmente en los países de mayor desarrollo económico y social, se halla, sin duda, en los umbrales de una nueva era: la era de la longevidad. Cada día es más elevado el número de ancianos y, por ende, en todos los países del mundo es mayor la cifra de la población de edad avanzada y, consecuentemente, también, son mayores los problemas sociales, sanitarios y económicos que tal fenómeno suscita para las sociedades en su conjunto y para las personas insertas en la llamada “Tercera Edad” o “Personas Mayores”, como se les denomina actualmente, en particular.

La sociedad no estaba ni preparada ni acostumbrada a que un porcentaje tan elevado de la población, que crece progresivamente de día en día, fuera de edad tan avanzada.

Según los datos de Naciones de Unidas, los países desarrollados se encontraban, en el año 2000, con cifras en torno al 14-15% de población de 65 años o más respecto del total, y alcanzarán el 25,9% en el año 2050 (27,6% Europa). Se calcula que los países en vías de desarrollo tendrán, para mitad de siglo, un 14,6% de personas mayores respecto al total poblacional, frente al 5,1% del año 2000. Aunque el porcentaje de envejecimiento de los países en desarrollo no supera a los países desarrollados, se observa un rápido proceso en los primeros, que casi triplica su proporción en sólo 50 años y multiplica sus efectivos por 4,4 veces.

En cifras absolutas, los 421,3 millones de personas de edad en el mundo en el año 2000 se habrán convertido en 1.464,9 millones en 2050. Las proyecciones de Naciones Unidas también reflejan que el mayor número de personas mayores se concentrará, en 2050, en los países en desarrollo, teniendo una gran importancia las personas de 80 y más años, que llegarán a ser casi de 300 millones (278,4 millones de personas), siendo prácticamente la misma cifra que el total de personas mayores que se calcula habrá en 2050 en los países desarrollados (320,7 millones de personas)

En América Latina el notable incremento experimentado por la población adulta mayor, ha provocado una justificada preocupación por sus implicaciones presentes y futuras. El envejecimiento, como señala el profesor Horacio Marín (1998, p. 32), se inserta en contextos de gran heterogeneidad, con un marcado componente de pobreza y por las situaciones económicas, sociales y políticas cambiantes. La mayoría de los países han mostrado evidencias de envejecimiento.



[1].               De 1900 a 2010 los datos son reales; de 2020 a 2050 se trata de proyecciones. Desde 1970 la población es de derecho. La población de 2001 y 2010 procede del Padrón, el resto, de censos o proyecciones.

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