martes, 11 de diciembre de 2018

Deje atrás sus obsesiones

Deje atrás sus obsesiones    

Deje atrás sus obsesiones es un libro en el que se percibe el dominio del tema por la autora y su enorme interés en él. 
Su talante desenfadado pretende desdramatizar el concept de obsesión, sin perder de vista las repercusiones graves que las obsesiones pueden tener si se alejan del control personal. Lo que más destaca en esta obra es la facilidad con la que nos sumerge en un tema complicado y, en ocasiones, perturbador. A lo largo de las páginas, el lector va introduciéndose en el cómo, cuándo y por qué de las obsesiones de una manera casi personal y con una narrativa fluida y accesible a personas ajenas a la psicología. El libro, sin embargo, también resulta de interés para aquéllos que, especialistas en el tema, buscan un texto que les facilite no sólo qué hacer con personas con problemas obsesivos aino cómo explicarlo y hacérselo entender a pacientes y familiares.
En definitiva, es un libro que cumple con la difícil tarea de  haberse escrito para todo tipo de público sin caer en el aburrimiento, la incomprensión o la dispersión.



Agradecimientos 
Introducción

I. La obsesión, esa desconocida
 ¿Qué son las obsesiones?
 Diferencias entre preocupaciones y obsesiones
 Las preocupaciones, ¿son normales?
 Una persona que se preocupa por todo, ¿está obsesionada?
 ¿Tener obsesiones significa que no estoy bien? ¿Las personas normales tienen obsesiones?
¿Hay diferentes clases de obsesiones? ¿Cuál es la peor?
¿Las obsesiones provocan comportamientos extraños?

II. Conozcamos un poco más las obsesiones
¿Cómo se presentan las obsesiones?
  Los pensamientos intrusivos
  Las imágenes intrusivas
  Los impulsos obsesivos
  Los contenidos obsesivos
  La duración de la obsesión
  La frecuencia de la obsesión
  Las interpretaciones obsesivas
  La manifestación de las obsesiones: obsesiones
  públicas y privadas
  Las emociones
Las consecuencias de la obsesión
¿Qué ocurre cuando las obsesiones interrumpen la vida diaria?

III. ¿Por qué tengo obsesiones? 
¿Cuáles son las causas de las obsesiones?
  Lo que sabemos 

IV. Consejos prácticos para vencer las obsesiones
Estrategias de afrontamiento de las obsesiones
  ¿Qué se puede hacer para acabar con las obsesiones?
  ¿Qué no es aconsejable hacer?
  ¿Qué hacer con las conductas obsesivas?
  A modo de conclusión

V. Material de autoayuda
Los pensamientos tienen significado catastrofista (peligro, bajo control, insano, diabólico)
Muchas situaciones se vuelven amenazas y el rango se amplía. Las oportunidades de provocación de obsesiones aumentan
El estrés aumenta los pensamientos intrusivos
Evitación de las situaciones amenazantes y neutralización del pensamiento
El hecho de estar ansioso en estas situaciones no significa que además uno es peligroso
Las estrategias de afrontamiento de las obsesiones permiten hacerles frente siempre que se elijan adecuadamente
Algunos ejercicios de afrontamiento

VI. ¿Qué pueden hacer los familiares?
Entremos en la tela de araña obsesiva
Comprender no es resignarse
¿Qué puedo hacer?
¿Qué no debo hacer?
Libros de información general sobre las obsesiones
Referencias bibliográficas 


                                                           INTRODUCCIÓN

                                Sin embargo, me asustaba pensar que aquel sueño
                         había tenido la nitidez del conocimiento. ¿Tendrá el conocimiento,
                                              a su vez, la irrealidad del sueño?

                                                                            Marcel Proust, En busca del tiempo perdido.

La palabra obsesión se utiliza con mucha frecuencia en nuestras conversaciones cotidianas. “Estoy obsesionado...”, “Me obsesiona que...”, “No me puedo quitar esta obsesión de la cabeza...”. Así pues, es un término familiar que normalmente no tiene matices trágicos cuando lo usamos.
En algunos momentos de nuestra vida adquiere un protagonismo excesivo porque ocupa nuestra atención más de lo que quisiéramos. Pero continúa sin tener matices dramáticos porque tal como viene se va, desaparece y respiramos con alivio.
Sin embargo, para algunas personas es un estigma que marca sus vidas de manera corrosiva. Su mundo es obsesivo y no pueden desprenderse ni alejarse de él por más que lo intentan.
La obsesión se convierte en pesadilla y la vida en un tormento difícil de soportar. En muchas ocasiones, es el secreto mejor guardado, el miedo más disimulado, la ansiedad más excusada. En otras ocasiones, el agotamiento desmiente la ocultación y se manifiestan comportamientos estereotipados, incomprensibles, ilógicos y desmesurados para los demás que no conocen sus temores, sus fantasmas obsesivos, sus monstruos sin forma.

Cuando las obsesiones impregnan las actividades cotidianas con tanta frecuencia que sólo se vive por y para ellas, el sufrimiento, la incomprensión y la soledad son compañeros de viaje. Un viaje sin distancias definidas ni puertos conocidos. Un viaje vertiginoso a las profundidades de la sinrazón, del
absurdo y de la certeza de lo erróneo. 
En este libro pretendemos tratar las obsesiones desde las más normales y comunes a todos nosotros hasta las más patológicas. Intentamos plasmar nuestros conocimientos y nuestra experiencia terapéutica en consejos prácticos para combatir aquellas obsesiones que molestan, interfieren o nos desagradan. También planteamos cómo reducir aquellas acciones irracionales que se hacen con la pretensión de controlar las obsesiones.
Queremos animar a las personas obsesivas y a sus familiares a luchar contra este intrusismo invasor.
Hoy en día sabemos que solos, sin guía ninguna ni ayuda externa es difícil, por no decir imposible, vencer este problema. En estas páginas queremos hacer comprensible la obsesión, cómo, cuándo y por qué aparece y se mantiene, qué estrategias son adecuadas y cuáles producen un efecto reverberante, cómo aplicar aquéllas y cómo elaborar y usar el material que facilita la recogida de datos particulares para poner en práctica dichas estrategias.

Esperamos que el lector interesado en este tema quede satisfecho con su contenido. Deseamos que sea útil y efectivo. Nuestro máximo interés es que permita cubrir las lagunas que tenía antes de comenzar la lectura. En definitiva, nuestro objetivo no ha sido otro que el conseguir que cuando acabe de leer, a usted, lector, le haya valido la pena el tiempo empleado en estas páginas.

                                        I. LA OBSESIÓN, ESA DESCONOCIDA
                                            De la palabra retenida, tú eres el dueño;
                                                     de la pronunciada, el esclavo.

                                                                                 Gibert Sinouhé, Lénfant de Bruges.

¿A quién no le ha pasado el tararear una y otra vez el estribillo de una canción sin podérselo quitar de la cabeza? Generalmente nos lo tomamos con tranquilidad, incluso comentamos algo como “nada, que me he levantado con esta canción y no se me va de la cabeza”. Los demás entienden perfectamente lo que queremos decir porque a ellos también les ha ocurrido alguna vez. Intentamos no prestarle atención y seguir con la actividad que tenemos entre manos. En algún momento del día
el estribillo desaparece y no nos volvemos a acordar del tema.

¿Y la obsesión por comprobar que la llave del gas está cerrada o que hemos cerrado bien la puerta al salir de casa? ¿Y esa manía por tener las cosas con un orden determinado? ¿Nos entretenemos a veces sumando mentalmente números, o buscando a nuestro alrededor uno capicúa?

Tampoco es raro levantarnos un día dándole vueltas a un pensamiento que nos acecha como un moscardón y que a pesar de los manotazos y de las maldiciones sigue y sigue molestando haciéndonos perder la paciencia. En este caso, es más fácil que nos enfademos, pongamos cara de preocupación e incluso que automaticemos la tarea que estamos realizando y nos centremos
en el pensamiento. Cuando nos hartamos, sacudimos la cabeza con un breve movimiento y hacemos un esfuerzo por volver al “aquí y ahora” de la actividad en la que nos encontramos o de la conversación en la que participamos. No nos es desconocido el comentario, a veces, de alguien que nos dice “¡eh! vuelve ¿dónde te has ido?” al mismo tiempo que mueve su mano a derecha e izquierda delante de nuestros ojos o chasquea los dedos diciendo “¡despierta!”

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